Frases de Truman Capote para reflexionar sobre la vida, la amistad, el dolor, la angustia y, sobre todo, los procesos de pensar y escribir.
Truman Capote se ganó a pulso su fama de ser uno de los periodistas más pícaros, sobre todo tras sus colaboraciones para la revista Playboy y la polémica entrevista que hizo a Marlon Brando. Capote fue uno de los más importantes pilares del nuevo periodismo, sobre todo tras la publicación de A sangre fría. Su legado es enorme, con obras como Desayuno en Tiffany’s, guiones o sus obras de teatro.
Pero Capote no era sólo un excelente periodista y escritor. El autor norteamericano dejó también un legado personal, del cual pudimos ver un tenue reflejo en las dos películas que se han hecho sobre él. Como excelente gurú de la palabra, sus frases también ocupan (o deberían) un lugar privilegiado en la oratoria.

«Cuando Dios te da un don, te da también un látigo. Y ese látigo es para autoflagelarse».

«Todo fracaso es condimento que da sabor al éxito».

«Es mejor mirar hacia el cielo que vivir en él».

«Todo lo que hace la literatura es un chisme».

«El que algo sea cierto no significa que sea conveniente, ni en la vida ni en el arte».

«Las palabras me han salvado siempre de la tristeza».

«La amistad es una ocupación a tiempo completo si realmente ese alguien es tu amigo. Por eso, no se puede tener mucho amigos, no habría tiempo para todos».

«La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito».

«Mis ambiciones más firmes giran todavía alrededor de los cuentos, con ellos me inicié en el arte de escribir».

«Todo buen escritor comienza con un nido de víbora de críticas negativas, como me pasó a mí».

«Si te pasas mucho tiempo comiendo manzanas terminas por aborrecer las manzanas. Eso me pasa a mí con la imaginación para mis libros: tiro tanto de ella que me quedo vacío, así que tengo que esperar unos años hasta volver a ganar imaginación para volver a escribir y volver a agotarla».

«Soy hombre de obsesiones más que de pasiones».

«Antes de negar con la cabeza asegúrate de que la tienes».

«Una conversación es un diálogo, no un monólogo. Por eso hay tan pocas buenas conversaciones, porque dos conversadores buenos rara vez se reúnen».

«Tengo la sensación de no haber vivido un solo momento de tranquilidad en mi vida, a no ser que cuente el lumbago ocasional».

«Soy norteamericano y un norteamericano nunca tiene ganas de ser otra cosa».

«Por leer me leo hasta las etiquetas de la ropa».

«No me gusta dejar un libro sin acabar, pero supliqué a Dios que me perdonara con las lecturas que hice de Joyce. Nunca mis oraciones habían sido tan largas, pero sus escritos eran infumables».

«Políticos, escúchenme, es imposible que un hombre que goza de libertad sea capaz de imaginar cómo sería vivir sin ella».

«Soy alcohólico, drogadicto y homosexual. Soy un genio».