La serie Beartown, basada en la novela homónima de Fredrik Backman, llegó a HBO para colocar bajo la mira la masculinidad tóxica en los deportes, y cómo fomentan la violencia sexual.
En 2015, un joven estudiante y nadador de la Universidad de Stanford abusó sexualmente de una Chanel Miller, mientras ella se encontraba inconsciente. Brock Turner se convirtió en un ejemplo infame de la impunidad que goza la violencia en los deportes. Con una leve sentencia de seis meses, el juez expresó que un castigo más severo «tendría un impacto severo» en la carrera del atleta, que aspiraba a competir en los Juegos Olímpicos.
No es el primer caso, ni será el último. Al contrario de lo que ha estado sucediendo en Hollywood, el #MeToo apenas ha llegado a rozar el mundo de los deportes. Lo vimos en el caso de alto perfil de USA Gymnastics, donde se evidenció el abuso crónico durante más de veinte años por el médico del equipo, Larry Nassar. Pero cuando se ha denunciado públicamente a los atletas más importantes del mundo, parece que un manto de silencio cae sobre la industria.
Justamente esta falla en el sistema de la educación masculina vinculada al deporte es la que indaga Peter Grönlund con Beartown, la miniserie que recién llegó a HBO. La historia se centra en una comunidad remota en Suecia, que deposita su sueño de revitalización en los hombros de los adolescentes de su equipo juvenil de hockey sobre hielo. Incentivados por su nuevo entrenador, el exjugador profesional Peter, y por la estrella en ascenso Kevin, los chicos finalmente tienen la oportunidad de ganar el título nacional.
Sin embargo, la cultura de esta pequeña comunidad de hockey amenaza de forma psicológica a sus jugadores, desarrollándose con una masculinidad tóxica y eventualmente llevando a una violación que amenaza con destruir al pueblo. La serie explora temas como trauma familiar, romance adolescente, verdades, mentiras, consecuencias, y en última instancia el coraje necesario para luchar por la justicia.
«El deporte es una gran ilustración de lo que pasa en la sociedad. De la masculinidad tóxica que impera en nuestros tiempos,» explicó el director Peter Grönlund en entrevista para Esquire México. «El ganador se lo lleva todo, sin consecuencias. Así es como nos educamos. Con el hockey, en particular, tiene su propia cultura en la que la violencia se celebra abiertamente como una tradición. Todos los deportes son una competencia; un campo de batalla. Tenemos ganadores y perdedores. Aquellos que se rompen, y los que triunfan. Son una guerra en miniatura, y eso es problemático en el gran esquema de las cosas, por el vínculo intrínseco que surge entre masculinidad y violencia».
«Queremos generar preguntas, poner un espejo frente a la audiencia e invitarlos a reflexionar sobre cómo todos hemos sido parte de este problema estructural,» agregó Peter.
Miriam Ingrid, la joven actriz que protagoniza la serie, se enfrentó al gigantesco reto de interpretar a una adolescente sobreviviente de un ataque sexual por el jugador estrella del equipo. La serie traza en sus primeros dos episodios un excelente drama deportivo, hasta que estalla en una historia oscura que cambia todas las dinámicas sociales, y se debaten entre las justicia o el silencio.

«Fue un privilegio contar una historia como Beartown, y visibilizar un problema tan real sobre este problema y las víctimas que han pasado situaciones parecidas,» expresó Miriam. «Hubo mucho trabajo de lectura para entender las consecuencias de la violencia, y de atreverme a entrar a esta narrativa con mis propios zapatos».
Basada en la novela de Fredrik Backman, la miniserie de Beartown fue adaptada por el escritor Anders Weidemann, ganador del Emmy, junto con Antonia Pyk y Linn Gottfridsson. El elenco cuenta además con Otto Fahlgren, Alfons Nordberg, Erik Lundqvist, Rasmus Karlsson, Najdat Rustom, Jacob Nordenson, Charlotta Jonsson, Sanna Niemi, Lukas Wetterberg, Frida Sandberg, Mikael Odhag, Anna Azcárate, Tomas Bergström, Einar Bredefeldt y Gustav Lindh.